De un tiempo hacia aquí, resulta difícil ignorar una realidad como un templo:
- Los precios en los supermercados están por las nubes.
El motivo es sencillo: tienen la sartén por el mango.
De hecho cada vez que cierra un establecimiento, ya sea de los de toda la vida o de los que intentan abrirse camino empezando de cero, indirectamente los ayudamos a sujetar con más fuerza este mango.
Pero es que si hacemos un kit kat y aparcamos este ritmo de vida frenético que lo engule todo, seguro que observaremos que probablemente, en nuestro municipio hay más supermercados que pescaderías, más supermercados que fruterías, más supermercados que carnicerías y más supermercados que hornos de pan (bares temblad, que sois los siguientes).
Por no mencionar ferreterías, zapaterías y mercerías o negocios de moda, electrodomésticos o luz, etc… que sufren la misma situación a manos de los grandes almacenes.
¿A que da lugar esto? AAY!!!
- A que los supermercados cada vez tengan menos competencia.
- A que las personas cada vez tengan menos opciones.
- Y a que puedan poner los precios que les dé la gana.
Si ya no quedan tiendas, no importará el precio, donde compraremos el pescado? La fruta? La carne? El pan? Exacto, en el supermercado.
La estrategia comercial que han seguido es la misma que están siguiendo Amazon y sus sucedáneos:
- La promesa (real al principio) de precios bajos, ganar tiempo y rapidez en el servicio (Alguien recuerda haber visto resoplar a un cliente en la cola de un supermercado por llevar 3 minutos esperando antes de la aparición de los grandes marketplace? Nosotros tampoco).
Lo más contradictorio de todo esto es que los supermercados son al comercio de proximidad lo que Amazon y sus sucedáneos acabarán siendo de aquí un tiempo a los supemercados.
O es que nos creemos que los precios de los grandes marketplace serán siempre bajos y que el plazo de entrega será siempre tan rápido? O que siempre tendremos mucho donde escoger? No podemos ser tan ilusos…llegado el momento oportuno, acabarán haciendo como los supermercados.
En fin, con esta publicación ni queremos hacer apología del comercio de proximidad ni queremos criticar los supermercados o Amazon y sus sucedáneos. Simplemente siguiendo nuestra propia recomendación hemos hecho un kit kat y ahora os estamos explicando lo que hemos visto.
Dicho esto, lo que queda claro es que depende de todos nosotros que recuperemos el mango o que nos quememos con la sartén. AAY!!!
